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lunes, 6 de julio de 2009

Blas de Lezo "El marino que venció al imperio inglés"


Está claramente demostrado que este país vive acomplejado en lo que respecta a su Historia. En lo que a ella se refiere bajamos la cabeza avergonzados y parece que tenemos que disculparnos por lo que hicieron nuestros antepasados. Las cosas fueron como fueron, con sus luces y sus sombras y hasta que no aprendamos a aceptar nuestro pasado no estaremos realmente preparados para salir adelante como un país cohesionado y libre que acepta con naturalidad las particularidades que existen pero también las muchas cosas que tenemos en común. Cuando aceptemos nuestra historia dejaremos de mirarnos con desconfianza los no nacionalistas, los nacionalistas, los de derechas, los de izquierdas y en fin la multitud de divisiones que existen en España.

Todo este párrafo viene a colación de un fenómeno peculiar que existe en España solamente. Y es el olvido sistemático al que se ven sometidos insignes figuras de nuestra Historía por el simple hecho de asociarlas a un periodo histórico del que nos avergonzamos y que pretendemos olvidar casi siempre con la ayuda cómplice de las Instituciones en forma de planes educativos mediocres y sectoriales.

Si a un niño de Inglaterra le preguntan quien fue Nelson te responderá con toda seguridad y un matiz de orgullo que fue el Almirante de la Marina que venció en Trafalgar propiciando, aún a costa de su propia vida, el dominio inglés de los mares hasta la II Guerra Mundial. Si a un niño español le preguntas quien fue Blas de Lezo te contestará que no lo sabe pero que le suena que fue un jugador del R. Madrid de los años 60.

Y resulta que - cosa curiosa - Don Blas de Lezo y Olavarrieta fue uno de los más grandes marinos que ha existido no sólo en España sino en el mundo entero. Si los americanos tuviesen un personaje como este le habrían dedicado un montón de películas llenas de efectos especiales, con mogollón de batallas navales y una historia de amor metida entre medias con calzador, para que también las mujeres acudiesen a las salas a engordar el taquillaje. Aquí se espera el enésimo estreno de una película que habla de la Guerra Civil y Don Blas permanece en el más miserable de los olvidos.

Y es que gracias a este lobo de mar, una debilitada España pudo mantener su dominio en las Indias durante un siglo más. Fue este marino el que infringió a los ingleses una de las mayores derrotas que jamás han sufrido en su historia. Este hombre con apenas 3000 hombres y cinco barcuchos derrotó a una flota inglesa de 186 buques ( fragatas, navíos de linea etc) y más de 27.000 hombres al mando del almirante Vernon en el sitio que la Pérfida Albión sometió a la ciudad portuaria de Cartagena de Indias (Colombia) en 1741.

La Guerra de la Sucesión española y el Mediterráneo

Blas de Lezo y Olavarrieta había nacido en Pasajes (Guipuzcua) - era vasco sí - en 1689. Con apenas 12 años comenzó su brillante carrera naval como guardiamarina en un buque de la Armada francesa por entonces aliada del bando borbónico en La Guerra de Sucesión Española, e intervino en ella a favor de Felipe de Anjou ( Felipe V) contra el Archiduque Carlos que pretendía la continuidad de los Austrias a través de su persona. Participó en la batalla naval más importante del conflicto que enfrentó a una escuadra hispano-francesa contra una inglesa ( que eran aliados del Archiduque ). En dicha batalla una bala de cañón le arrancó una pierna, primera de las partes de su cuerpo que perdió y que le valió el sobrenombre de Patapalo.

Poco a poco, gracias a su inteligencia, valor, y sobre todo a su ingenio fue ascendiendo en el escalafón de la Marina española. En 1706 ya comanda una pequeña flotilla que una y otra vez burlaba el cerco al que los ingleses sometían a Barcelona logrando abastecer la ciudad. Para ello utilizaba paja húmeda a la que prendía fuego y con el humo negro que este provocaba conseguía esconder su flotilla y entrar en el puerto de la Ciudad Condal. Luego fue destinado a la defensa de la fortaleza de Santa Catalina de Tolón en cuya defensa perdió un ojo debida a una esquirla de metralla. En 1707 ya era Teniente de Guardacostas y es destinado al puerto de Rochefort al mando de una fragata. En este destino capturó mas de una docena de barcos ingleses, ninguno con menos de 20 cañones, entre ellos el mítico Stanhope de 70 cañones al que rindió después de un intenso cañoneo y un abordaje posterior que sumió a los ingleses en un profundo pánico.

En 1713 fue ascendido a Capitán de Navío y participó con la fragata Campanella de 70 cañones en el asedio a Barcelona. En el curso de esta batalla perdió la movilidad de su brazo derecho debido a un balazo de mosquete. En 1715 participó en la reconquista de Mallorca que se rindió sin disparar un sólo tiro.

Una vez terminada La guerra de Sucesión con la victoria de Felipe de Anjou fue destinado al Caribe al mando del buque insignia Lanfranco. En 1720 su navío se integra en una escuadra con el cometido de limpiar la costa del Perú de corsarios y piratas.

En 1730 volvió a España y fue ascendido a Jefe de la Escuadra Naval del Meditarráneo. En este puesto y por orden del Rey se dirigió con 6 buques al puerto de Génova para resolver unas diferencias que habían surgido con la pequeña y poderosa República. Una vez allí, y bajo amenaza de cañonear la ciudad, obligó a las autoridades a rendir homenaje a la bandera de España y al pago de dos millones de pesos como indemnización por los perjuicios causados. Como premio por su acción le fue concedida una bandera para su nave capitana con las insignias de Felipe V y las Ordenes del Espíritu Santo y el Toisón de Oro. Su otra gran hazaña fue la conquista de Orán con 54 buques en 1732 y la posterior ruptura del cerco al que fue sometida la plaza con tan sólo 6 navíos y 5000 hombres ahuyentando al pirata argelino Bay Hassan que pretendía reconquistarla.

Ascendido a Teniente General de la Armada fue enviado al Caribe en 1737 y nombrado Capitán General de Cartagena de Indias. Allí realizó su mayor hazaña gracias a la cual, es totalmente desconocido en su país - nótese la ironía -.

Fuerte de S. Felipe de Barajas ( Cartagena de Indias )


La guerra de la Oreja de Jenkins y el Sitio de Cartagena de Indias.

Para enmarcar históricamente el Sitio de Cartagena de Indias tenemos que hablar del contexto en que se produjo que no fue otro que el conflicto anglo-hispano conocido como Guerra de la Oreja de Jenkins ( 1739-1748 ).

La verdadera causa de este enfrentamiento bélico fue dilucidar la hegemonía en la América española, o bien el debilitado pero aun poderoso león hispano o el cada vez más fuerte y dinámico imperio inglés. El pretexto que utilizó la Corona británica para declarar la guerra a España fue un incidente que sucedió entre el capitán Juan León Fandiño y un contrabandista inglés llamado Robert Jenkins. Al parecer el navío de Fandiño capturó el barco del inglés acusándolo de contrabando. Cuando Jenkins protestó el español le cortó una oreja diciéndole: "Dile a tu rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve".

El tal Jenkins, según las crónicas, se fue llorando a la Cámara de los Comunes inglesa y exhibiendo el apéndice cercenado en su mano se quejó amargamente del trato recibido por los soberbios españoles además de comunicarle la ofensa personal hecha por un simple capitán al Rey Jorge . El Parlamento de Su Graciosa Majestad, apiadándose del pobre marino y henchido de indignación y justo afán de justicia declaró la guerra a los salvajes españoles con el propósito de lavar su honor herido. Por supuesto, el hincarle el diente al pastel que suponía la América española no tuvo nada que ver.

El Primer Ministro inglés Walpole intentó evitar la guerra firmando un convenio con España en el que se pagaban compensaciones mutuas, pero fue rechazado por el Parlamento por lo que Warpole no tuvo más remedio que ceder y comenzar los preparativos de la guerra. Felipe V reaccionó suprimiendo el "derecho de asiento" y el "navío de permiso".

El Gobierno británico envió al Caribe al Almirante Edward Vernon. Su primera acción fue el ataque a la casi desguarnecida ciudad portuaria de Portobello en el virreinato de Nueva Granada ( 1739 ). Tras una fácil victoria que desató la euforia en Inglaterra, existía la duda de si dirigirse a La Habana y comenzar la conquista de Cuba o seguir en Nueva Granada y atacar Cartagena de Indias que era su puerto principal y punto de partida de la flota de Indias con dirección a la metrópoli. Al final se decidieron por esta última plaza y para ello Vernon reunió una flota de 186 navíos, con más de 27000 hombres y 2000 cañones. En una operación combinada por mar y tierra pretendía apoderarse de la ciudad y asestar un golpe al Imperio Español del que ciertamente le sería casi imposible recuperarse. Para darnos cuenta de la magnitud de las fuerzas desplegadas baste decir que tan sólo existe una operación anfibia de mayor embergadura en la Historia y se trata del desembarco de Normandia en 1944.

Cartagena de Indias estaba defendida por tan sólo 3000 hombres , unos 600 arqueros indios y seis navíos de guerra además de los cañones con que contaban las fortalezas de Chamba, San Felipe, Santiago, San Luis de Bocachica, Bocanegra y San Felipe de Barajas. Pero con lo que Vernon no contaba era que los defensores estaban al mando uno de los más geniales estrategas que ha dado la historia militar española que no es otro que Don Blas de Lezo.

Hay que decir que existían ciertas diferencias entre Lezo, que tenía el mano militar , y su inmediato superior Sebastían de Eslava, Virrey de Nueva Granada - otro gran hombre - que provocó no pocos roces entre ambos a lo largo del sitio.

La flota de Vernon fue avistada el 13 de Marzo de 1741 y comenzó destruyendo la defensa de los fuertes de Chamba, San Felipe y Santiago comenzando a cañonear día y noche durante 21 días el fuerte de San Luis de Bocachica. al mismo tiempo bloqueó el puerto y mando desembarcar un contingente de tropas para tomar la fortaleza. Blas de Lezo mandó allí al coronel Carlos Desnaux con 4 naves y 500 hombres, pero este tuvo que replegarse finalmente ante la aplastante superioridad inglesa. Al mismo tiempo la ciudad de Cartagena comienza a ser evacuada. Para dificultar el avance de los ingleses por el canal se destruyen las cuatro fragatas, algo que resultó inútil ya que estos sortearon el bloqueo sin problemas.

Una vez avistada por Vernon la Fortaleza de Bocanegra el virrey mandó destruir las dos fragatas restantes para intentar impedir el acceso de los invasores a la bahía. De Lezo se opuso argumentando que no resultaría, como ya se había demostrado anteriormente pero tuvo que acatar las ordenes superiores.

Este nuevo bloqueo apenas retrasó a Vernon que entró triunfante en la bahía y convencido de su victoria mandó despachos a Jamaica comunicando la toma de Cartagena. Fueron reenviados a Inglaterra y allí se desató una euforia sin precedentes. Incluso se llegaron a acuñar monedas conmemorativas de la victoria en las que aparece Blas de Lezo arrodillado ante Vernon. Aún se conservan unas cuantas.

Estas monedas decían en su anverso: "Los héroes británicos tomaron Cartagena el 1 de Abril de 1741" y también: " La arrogancia española, humillada por el Almirante Vernon"

Mientras, los últimos defensores se atrincheraron en el fuerte de San Felipe de Barajas a las ordenes de Blas de Lezo asistido por Desnaux. Vernon ordenó un ataque masivo para tomar el último bastión de los españoles. Así, el ejercito inglés avanzó con lentitud por la numerosa impedimenta de pertrechos y artillería que llevaban a través de la selva, mientras San Felipe sufría un incesante cañoneo por mar. Una vez avistado el fuerte por la infantería se dieron cuenta de que el acceso a este, sólo podía hacerse por una pasarela de tierra taponada por trescientos hombres que había dispuesto Lezo y que consiguió rechazar el ataque inglés causándole unas mil bajas.

Vernon mandó construir unas escalas para asaltar directamente la muralla y en la noche del 19 al 20 de abril de 1741, intentó un asalto por sorpresa. Los ingleses formaron en tres columnas de granaderos y casacas rojas comandados por el general Woork , un contingente de 4000 virginianos al mando del general Lawrence Washington - hermano del primer presidente de los EEUU - y una fuerza de esclavos jamaicanos en vanguardia. De Lezo había previsto esto y ordenó construir un foso al pie de las murallas, de suerte que cuando los ingleses llegaron, mientras soportaban el incesante fuego de los defensores, descubrieron que las escalas eran demasiado cortas y no llegaban arriba quedando totalmente desprotegidos frente al fuerte. Esto fue aprovechado por los españoles que haciendo un ejercicio de tiro al blanco, causaron una terrible mortandad en las filas británicas. Para rematar la faena, en la mañana del 20 de abril, la temible infantería española realizó una salida y armados con bayonetas atacaron a los ingleses provocando otra terrible carnicería. Estos no tuvieron más remedio que huir , abandonando toda su logística y artillería, en dirección a sus barcos. Dejaban en el campo miles de cadáveres.

Vernon desesperado porque ya había comunicado su victoria, continuó con el bombardeo unos días más pero al fin, con su ejercito enfermo de malaria, desmoralizado y falto de provisiones no tuvo más remedio que levantar el sitio y volver a Jamaica el 9 de mayo de 1741. Había perdido 50 navíos, 6000 hombres y tenía 7500 heridos, muchos de los cuales no llegaron a su destino. Los españoles perdieron menos de 1000 hombres. También se vió obligado a hundir numerosos barcos por falta de tripulación. La mayor operación de la Royal Navy hasta el momento, se saldaba con su mayor derrota.

La guerra continuó hasta 1749, año en el que se firmó la paz restableciendo el status quo anterior al conflicto.

Blas de Lezo murió en el mismo año de su victoria (1741) a consecuencia de una peste que contrajo en Cartagena debido a la epidemia que se produjo como consecuencia del sitio.

Fue tal la humillación y la vergüenza inglesa - aún celebraba su victoria - que el rey Jorge II mandó silenciar a sus cronistas toda mención al Sitio. Ironías de la vida y de este, a veces, tan ingrato país que es España, mientras Vernon está enterrado en la Abadía de Westminster junto a otros héroes ingleses y tiene una calle dedicada en Londres ( Portobello Street), se desconoce el lugar donde yacen los restos del hombre que lo venció y permanece totalmente olvidado en los libros de Historia.

A modo de pequeña compensación, desde entonces un buque de la Armada española siempre se ha llamado Blas de Lezo ( actualmente es una fragata de la serie F-100 de la clase Alvaro de Bazán).

En Cartagena de Indias si se honra su memoria y existen numerosas calles, plazas y barrios que lo homenajean, así como una estatua suya al pie del fuerte de San Felipe De Barajas.

Urge un reconocimiento de este héroe, gracias al cual, España mantuvo su hegemonía en los mares americanos durante 80 años más.


Un video que encontré en youtube bajado por tercioss y que lo resume todo:





Bibliografía:

  • En el sexto tomo de Nicolas Dengles-Dufresnoy, Méthode pour étudier la géographie, París, 1741, se agrega como addendum de última hora un Diario del sitio de Cartagena en América, escrito anónimamente por un español y traducido al francés por el propio embajador de España en Francia, Luis Rigio Branciforte, príncipe de Campoflorido, Grande de España.
  • Narración de la defensa de Cartagena de Indias contra el ataque de los ingleses en 1741, publicada por Cristobal Bermudez Plata en Sevilla (1912).
  • Dos relatos anónimos publicados por Juan Manuel Zapatero: Diario puntual de lo acaecido en la invasión hecha por los ingleses a la plaza de Cartagena, tardíamente publicado por Manuel Ezequiel, escrita por «un paisano» y publicados en La Habana.
  • Dos relatos que Guillermo Hernández de Alba hizo públicos: Diario de Enrique Forbes, teniente en el regimiento de Bland y las Noticias de la Provincia de Cartagena de Indias escritas el año 1772.
  • Tobías Smollet, Authentic papers related to the expedition against Carthagena, publicada por Jorge Orlando Melo en su Reportaje de la historia de Colombia, Bogotá: Planeta, 1989.
  • Blas de Lezo, el malquerido, Carlos Alonso de Mendizábal. España, Dossoles, 2008.
  • Don Blas de Lezo. Defensor de Cartagena de Indias, Gonzalo Quintero Saravia. Colombia, Planeta, 2002.
  • El vasco que salvó al Imperio Español. El almirante Blas de Lezo, José Manuel Rodríguez. España, Altera, 2008.
  • Biografía del Caribe, libro tercero, capítulo XVI: «Relato del almirante inglés y el cojo Don Blas», Germán Arciniegas. Editorial Sudamericana SA, 1966.
  • El día que España derrotó a Inglaterra, Pablo Victoria. Editorial Áltera.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Paco, cago en diez se me han saltado las lágrimas. Viva Blas de Lezo y la infantería española! y a tomar por culo los perros ingleses!, Paco te has superado con este artìculo, eres mi heroe. Saludos. El caballo del LLanero Solitario

Anónimo dijo...

Paco estoy llorando todavìa, eres la hostia, me dan ganas de ir "pa" Cartagena de Indias poner otra vez la bandera de España en la fortaleza que defendiò el Blasico y a repartir ostias como panes "pa to el que sacerque". Que artìculo Viva Paco y to su familia...
El Caballo del Llanero Solitario.

Cayo Paco dijo...

Gracias caballo del llanero solitario XDDD. Me encanta qque te guste mi post. Dile a tu amo que también lo lea y que se registre para que salga su nombre en el comentario. Dile que es un vago y que sólo son dos minutos.

Anónimo dijo...

Paco no cabrees a mi amo que tiene mu mala leche, el Blas de Lezo este es un afisionao repartiendo yoyas al lado de mi dueño...
El Caballo del Llanero Solitario

Unknown dijo...

hola Paco,

No veas, me he quedado alucinada.
Es una pena, pero desde los albores de los tiempos, la historia la escriben los vencedores. ¿Cuantos y cuantos héroes, cuantas y cuantas historias dignas de ser contadas se quedaron en el camino del olvido?. Por eso siempre animo a tod@s a escribir sobre héroes olvidados. Me niego a ser un borrego más, me niego a leer en los libros únicamente sobre aquellos a los que los poderosos quieren que conozcamos... que tiempos fueron esos en que ser un valiente era el fin de cualquier español de a pie, tiempos en los que existía la aventura y el peligro, en los que existían bellos horizontes por descubrir, causas por las que pelear y, si se terciaba, morir. Qué pena que de aquella España de héroes y aventureros quede bien poco... que desapareciera aquella bendita tierra de guerreros para dar paso a la España de cobardes, pelotas y conformistas. Un abrazo,

Cayo Paco dijo...

Gracias por comenttar el articulo. me ha gustado muchho lo que dices y te doy en parte la razón. Muchos personajes históricos resultan incomodos por la epoca en que vivieron y las circustancias en ls que vivieron. Por eso su única recompensa es el olvido. Además parece que si los ensalzas eres un facha y demás cuando eso esta lejos de la realidad. Se puede ser de cualquier ideología y aceptar el pasado histórico de un país con sus luces y sus sombras, sus heroes y sus villanos, sus victorias y derrotas y no hay que avergonzarse y bajar la cabeza. Se puede ser un demócrata y además convencido pero a la vez admirar a los héroes de cada pueblo. Parece que en este país tenemos un complejo de inferioridad con esas cosas y es que nos creemos las medias verdades y las manipulaciones. el día que aceptemos nuestra historia seremos un poco más libres.

Un saludo guapetona y gracias por comentar